Firewatch – Un paseo por el bosque

Al igual que me pasó con The Witness, apenas tenía idea de que iba este juego antes de jugarlo. Sabía que esta vez si que se trataba de un walking simulator, y que había dado algo que hablar porque estaba consiguiendo bastantes buenas notas que, según algunos, no eran demasiado merecidas. Tras mis anteriores experiencias con Dear Esther (que me pareció muy malo) y Gone Home (que me encantó), decidí darle una oportunidad por mi mismo y me encontré con algo que es mucho más jugable que estos dos títulos aunque siga (más o menos) la misma tónica general.

El comienzo del juego es algo confuso. Textos que narran el trasfondo de Henry, tu personaje, mientras suena un tema melancólico que se va entristeciendo por momentos. Algunas elecciones que perfilan su carácter, entremezcladas con escenas interactivas en las que, con la misma cámara en primera persona que el resto del juego, nos enseñan las bases del movimiento y la interacción del juego.

Y por fin, tras unos minutos, llegamos a la torre de vigilancia del parque natural que será nuestro hogar y lugar de trabajo durante los próximos meses.

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No se puede hacer una review de Firewatch sin hablar de la trama, ya que es el esqueleto que sustenta todo. Y sin hacer spoilers, y poniéndome mis gafas de pasta, solo puedo decir que se trata de una historia humana, con protagonistas humanos, sobre el dolor, la pérdida y la búsqueda. Tanto Henry como Delilah, nuestra supervisora con la que estaremos siempre en contacto a través de la radio, tienen una historia y un equipaje que poco a poco van mostrando. De nuestras elecciones, de lo que digamos y de lo que nos callemos, depende el comportamiento de Delilah.

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Un aspecto a destacar de la trama es que se confía en el jugador para darle un significado al pequeño universo que vamos creando mientras jugamos. Somos nosotros, como jugadores, los que llenaremos el espacio vacío que dejan los silencios de Henry durante sus caminatas por el bosque con nuestras percepciones e intuiciones. En más de una ocasión el juego te permite juzgar una situación eligiendo (o no) una opción de dialogo, pero al final somos nosotros mismos los que interpretaremos lo que ha ocurrido basándonos en lo que hemos vivido hasta el momento.

Sin embargo, este juego no cae en el mayor error, al menos en mi opinión, de Dear Esther: la trama del juego es siempre fija, y lo único que cambia es la manera en que llegamos al final (y tampoco cambia tanto). Si bien podemos interpretarla de una forma u otra como en dicho juego, el hecho de que lo ocurrido es fijo en todas las partidas hace que la experiencia sea más uniforme. En este aspecto es mucho más parecido por tanto a Gone Home.

Si obviamos todos los aspectos de la trama, el juego es poco más que un ejercicio de exploración por entornos naturales en el que nos mandan de un lado a otro continuamente. Los controles para ello son muy simples y concisos (aunque no entiendo la elección de la tecla para correr), con una interfaz limpia y clara. Y si bien hay algo de espacio para la exploración, apenas existen mecánicas que supongan un reto. En este juego no se busca la dificultad ni los retos, aparte de tener que utilizar la brújula para orientarse y un par de puzzles del tipo busca el objeto correcto y demás. Lo bueno es que el juego no se hace excesivamente largo y se agradece que apenas haya relleno: casi todas las tareas que nos mandan hacer tienen su razón de ser, normalmente mostrarnos nuevos detalles de la trama. Eso no quita que uno no pueda perderse un poco por el mapa si le apetece, claro está. Al fin y al cabo estamos en un parque natural, y más de una vez nos apartaremos del camino marcado solo por ver los paisajes de alrededor. Es algo a lo que el juego no te obliga, pero tampoco te penaliza por ello.

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Lo que menos me gustó del juego, aunque no creo que sea un fallo en si mismo, es la sensación última que deja al acabarlo. Sin entrar en detalles, me pareció una resolución algo floja y un tanto decepcionante… pero es posible que eso es lo que buscase el propio juego.

En conclusión: Firewatch no es un mal juego, pero tampoco es un juego corriente. El hecho de que sea bastante corto y sin apenas rejugabilidad lo dejan más en el ámbito de los juegos-experiencia, más parecidos a un juguete que otra cosa, pero eso no tiene por qué ser malo.

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