Ha acabado el mes con el que comparto nombre y es hora de, al menos, escribir algo sobre las cosas a las que he estado jugando. Si, se que el ritmo de publicaciones se ha relajado un tanto, pero es que con tantísimo calor no me apetece nada escribir…
Empezaré repasando los juegos de mesa a los que he podido jugar: Conseguí jugar una partida al modo básico (que de básico tiene poco) de Tragedy Looper, y media partida al Alquimistas. Ambos juegos me gustan mucho, pero todavía no he sido capaz de jugar una partida entera al segundo, y ya ni menciono el modo avanzado. Pero es que para ser verano estoy demasiado ocupado y es complicado quedar con la gente… al menos para jugar a eso.
Nuestra partida de Savage Worlds en el mundo de ETU sigue viento en popa, y nos hemos marcado un antena tres jugando el especial navideño en verano. Somos así de transgresores. También he continuado la campaña de Star Wars: la era de la rebelión, y se están gestando posibles partidas de Changeling: The Lost y Eclipse Phase. De no tener apenas partidas de rol estoy a puntito de no saber como seguirlas todas.
En cuanto a videojuegos, la gran estrella esta vez ha sido… Ingress, no solo por haberle dedicado bastantes horas (de andar y de conducción), sino porque me ha servido para quedar con gente de lo más majo y socializar un poco, que nunca viene mal. E incluso me lancé a una pequeña misión nocturna en solitario a cierto parque para tirar un campo.
Otros videojuegos más tradicionales a los que he estado jugando han sido A boy and his Blob: Trouble in Blobolonia y Wizards & Warriors III – Kuros: Visions of power, ambos para NES. Fueron dos de mis juegos de la infancia que me apetecía revisitar para ver como los había tratado el tiempo.
El primero es un juego de plataformas y puzzles en el que manejamos a un chaval y a su amigo alienígena, Blobert. El alien es una masa blanca informe que nos sigue a todas partes, y al que podemos convertir en diversas cosas dándole de comer gominolas de distintos sabores. Nuestra misión es ayudarle a liberar su planeta, Blobolonia, de las manos de un temible emperador que no permite a sus súbditos comer otra cosa que no sean dulces. Para ello tendremos que primero recorrer las cavernas subterráneas debajo del metro de la ciudad (si, tal cual), recogiendo tesoros ocultos, para luego ir a la farmacia y comprar vitaminas con las que enfrentarnos al emperador. Si, tal cual.
La primera vez que jugué a este juego me pareció muy entretenido, pero excesivamente difícil. Es un juego con pocas vidas donde casi cualquier cosa puede matarte, y con un mapeado que, si bien no es especialmente extenso, si es lo suficiente como para no tener ni idea de que hacer. El juego no te dice en ningún momento que hacer exactamente, ni si vas bien o mal, y la forma de progresar era básicamente explorar a ciegas y conseguir los tesoros que pudieras. La segunda parte del juego en la que vas a Blobolonia era TAN DIFICIL, que nunca fui capaz de pasarme el juego porque no entendía lo que tenía que hacer. La terrible pantalla de las cerezas era nuestra mayor pesadilla.
Esta vez, gracias a la ayuda de los puntos de guardado y las guías de internet, he podido comprobar que, la verdad… el juego no es tan difícil como parece. Al menos si sabes donde ir. Y la «terrible pantalla de las cerezas» se puede pasar sin despeinarse aprovechándose de la forma en que el juego estaba programado. Si os digo que me acabe el juego en menos de 2 horas y en una sola sentada no os estoy exagerando nada. Eso si, si bien me duró poco, el juego sigue siendo bastante divertido.
El otro juego de NES que me terminé fue el ya mencionado Wizards & Warriors III (he debido coger los juegos con los nombres más largos del catalago de la NES). Al igual que el anterior, conocí estos juegos gracias a un vecino que los tenía y que alguna vez se trajo a mi casa. Sin embargo, a diferencia del anterior, este si que pude terminarlo entonces.
Lo que no se muy bien es como hice esta pequeña proeza, ya que este juego no es precisamente corto ni fácil, y no tenía forma de guardar la partida…
La tercera parte de las aventuras del tal Kuros, protagonista de esta pequeña saga de juegos de plataformas y acción, deja a un lado la estructura de niveles lineales y ordenados de los juegos anteriores para presentarnos un mundo abierto construido en vertical con tres zonas bien diferenciadas y tres «clases» de personaje entre las que podemos cambiar en cualquier momento. Empezamos en la ciudad de Piedup, donde no nos atacaran mientras llevemos las ropas del gremio de ladrones, pero debajo están las cavernas del gremio de magos, y encima, en lo alto, el palacio y el gremio de caballeros.
El objetivo del juego es acabar con Malkil (enemigo de los anteriores juegos), que ha capturado al Rey James y esta usurpando su trono, y para ello tendremos que unirnos a los tres gremios de la ciudad. Cada gremio nos da hasta tres habilidades diferentes que tendremos que usar para explorar la enorme ciudad, un poco al estilo de los Metroidvania.
Y la verdad, no es un juego fácil. Los controles son algo durillos, y el plataformeo a veces roza lo diabólico (sobre todo en la prueba de nivel 3 del gremio de magos). El combate es muy ligero, y la mayor parte del tiempo nos la pasaremos saltando de plataforma en plataforma, esquivando enemigos pesados y buscando dinero con el que comprar llaves para abrir puertas. Aún así, el juego me sigue resultando bastante entretenido, y al haberlo jugado en varias tandas usando savestates se ha hecho menos pesado.
Por supuesto, no solo de lo retro vive el hombre, y también he jugado a cosillas más actuales, sobre todo a Final Fantasy XIV. He subido a nivel 60 y estoy en proceso de equiparme para participar en las raids. He tardado bastante más de lo que me esperaba, sobre todo por diversos temas personales que no me dejaban mucho tiempo para jugar a un mmo.