Al igual que me pasó con The Witness, apenas tenía idea de que iba este juego antes de jugarlo. Sabía que esta vez si que se trataba de un walking simulator, y que había dado algo que hablar porque estaba consiguiendo bastantes buenas notas que, según algunos, no eran demasiado merecidas. Tras mis anteriores experiencias con Dear Esther (que me pareció muy malo) y Gone Home (que me encantó), decidí darle una oportunidad por mi mismo y me encontré con algo que es mucho más jugable que estos dos títulos aunque siga (más o menos) la misma tónica general.